jueves, 16 de abril de 2009

SEDE DE LAS PRIMERAS DINASTIAS CHINAS

XIAN
Fotos


Después de visitar Pingyao, seguimos adentrándonos en tierras chinas y llegamos a Xian. Estuvimos varios días arrastrando un estado gripal que nos obligó a hacer un “parate” cuando llegamos a esta ciudad. Estuvimos los dos primeros días adentro del hostel; pero no sufrimos demasiado por esto porque lo único que queríamos era dormir. Al tercer día, ya más repuestos, fuimos a conocer a los Guerreros de Terracota; son la atracción más importante en Xian, están considerados la "octava maravilla del mundo". Son cientos y cientos de estatuas hechas de tierra cocida, que fueron encontradas bajo tierra. Fue el primer emperador de la dinastía Qin, Qin Shi Huang, el que ordenó crearlos.

Hay figuras de guerreros y también de caballos, son todas de tamaño natural. Cada guerrero pesa más de 300 kilos y su altura media es de 1,86 metros. Lo que más nos impresionó es que las estatuas son todas diferentes; unos guerreros tienen rasgos jóvenes, otros parecen más veteranos, unos más gordos, otros más flacos, con distintos peinados - que indicaban su rango – todos en diversas posiciones de combate.


Hay tres fosas, nosotros empezamos por la segunda, después hicimos la tercera y por último la primera, que es la más grande y llamativa.


En la segunda fosa se muestra el trabajo de arqueólogos, guerreros y caballos rotos, reconstrucciones, etc; pero no vimos a nadie trabajando. Lo que está bueno de esta fosa es que hay algunos guerreros en escaparates de vidrio, donde te podés acercar y ver los detalles con que fueron hechos y las diferencias entre unos y otros. En la tercera fosa se ven varios guerreros y generales con caballos. Después fuimos a la primera fosa, que es la más impactante porque tiene el malón de guerreros paraditos formando un ejército. Así estaban en un origen, como protegiendo la tumba del emperador Qin Shi Huang (que queda a un par de kilómetros de ahí). En una invasión posterior, encontraron ese ejército (que estaba escondido bajo tierra) y lo destruyeron en parte y volcaron estatuas. Parece que con mucho “laburo chino”, los arqueólogos reconstruyeron la mayoría.

Frente a esta obra humana tan magnífica y pensando también en la muralla china, nos surgió una inquietud: estos lugares que hoy son considerados maravillas fueron fruto de mucho esfuerzo y trabajo de cientos de chinos… y antojo del emperador de turno, que invertía muchos recursos para hacer estas construcciones tan impresionantes. La pregunta que nos surge es el costo de cada una de estas obras y el fin que tenían. Todas eran para goce de sí mismos o para cuidado de su imperio… parece egoísta; pero no dejan de ser impresionantes los lugares.

Después de ahí nos fuimos a conocer el Huaqing Hot Spring, un parque donde parece que el emperador Xuanzong (685-762) llevaba a sus amantes. El lugar es bien lindo. Como otros parques que visitamos, combinan verde, rocas, lagos y construcciones típicas chinas. Está en la falda de un cerro, a las afueras de Xian. Obviamente se paga entrada, como todo en China. Por suerte con tarjeta de estudiante la gran mayoría de las cosas sale más barata. Después subimos en teleférico hasta la cima del cerro, por supuesto había que pagar un ticket extra, nos dimos el gustito para tener una vista panorámica de la zona. Y quizás después bajar caminando. Cuando llegamos arriba resulta que si querías salir del mirador hacia el cerro para bajar, te cobraban una tercera entrada! No podíamos creer! Encima no se veía nada, porque había mucha niebla. Alex empezó a putear y les hizo señas a las que cobraban la entrada a ver si le cobraban por cagar también. Majo dijo que iba a crear un grupo en Facebook que se llamara “odiamos los ticket office de China!!!” Bajamos otra vez en el teleférico y al rato nos sacamos la calentura, la verdad que estamos disfrutando de terrible viaje, no da para calentarse.


Al día siguiente fuimos a pasear por arriba de la muralla en bicicleta. Primero que nada, pagar la entrada, obvio! y después arriba alquilás la bici para la recorrida; hay chibas convencionales y otras de dos asientos, una de estas alquilamos nosotros. Casi nos morimos pedaleando los 14 kms de los cuatro costados de la muralla, no sabemos si es que estamos fuera de forma o nos afectó un poco la altura; pero estuvo divertido.

Nos llamó mucho la atención la cantidad de demoliciones que vimos; muchos escombros, muchas grúas de construcción. La edificación permanente no solo nos llamó la atención acá, sino en todo el país. Parece que China va cambiando a pasos agigantados; no sabemos si es que va progresando, pero las construcciones no descansan. El monstruo se está despertando… se viene la próxima potencia mundial; por suerte son poquitos, no? Sólo unos 1.600 millones.

Queríamos ver algún espectáculo artístico en China, así que una noche nos fuimos a ver una presentación de música y danza típica de la dinastía Tang. Fue un poco corto, solo duró una hora, pero estuvo buenísimo. Había más de setenta personas en escena, entre músicos y bailarines. La mayoría de los instrumentos que tocaban eran raros para nosotros, típicos de estas zonas. Y muchas de las danzas eran con cintas de colores, nos preguntamos si la danza con cinta se habrá originado acá.

En Xian tuvimos que hacer todo un replanteo del resto del viaje. Queríamos ir al Tibet, pero se complicó demasiado. Había que sacar un permiso especial para entrar y solo podíamos ir en tour, obviamente todos eran carísimos, así que descartamos esa opción. Entonces dijimos de ir a dos ciudades tibetanas (en provincias chinas) Xiahe y Langmusi y hacer ahí un horse trekking por campos chinos. Después de sacar el boleto de tren nos enteramos que estas ciudades estaban cerradas a los turistas extranjeros. Odiamos al gobierno chino por un buen rato y después tratamos de armar una tercera opción. Al final decidimos ir un poco hacia el sur y tratar de llegar a Jiuzhaigou, una reserva natural enorme con lagos de colores que habíamos encontrado en Internet cuando buscamos información en Uruguay. Cambiamos el boleto de tren para Mianyang, que nos pareció la ciudad con estación de tren más cerca de Jiuzhaigou.

El día que nos íbamos aprovechamos para conocer la Pagoda de la Oca Salvaje. Lo más lindo del paseo no fue la pagoda, definitivamente, sino todo el entorno de parque y peatonales donde encontramos otra vez decenas de chinos y chinas bailando y haciendo deporte. Así nos despedimos de Xian que supo ser la capital antigua de China, hoy una ciudad moderna pero con mucha historia.

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