domingo, 5 de abril de 2009

LA OTRA CIUDAD LUZ (SHANGAI, CHINA)

SHANGAI, CHINA

Shangai fue nuestra puerta de entrada a Asia. Una megalópolis de apenas 20 millones de habitantes, ¡una locura!

Estuvimos cuatro días conociendo esta ciudad impresionante. Las zonas céntricas y turísticas son lindísimas; hay un montón de espacios verdes bien arregladitos y edificios con diseños originales y súper variados.

Las plazas son los lugares de esparcimiento por excelencia. Dejan sus cosas en un costado (camperas, bolsos, etc.) y se ponen a a hacer tai chi, a jugar al badminton o simplemente a bailar, acompañados por un equipito de música; también salen a correr (de equipo deportivo o jeans, da lo mismo!). En algunas plazas encontramos además aparatos para hacer ejercicios, como si fuera un gimnasio abierto para todo público. La verdad que hay que sacarse el sombrero, en este sentido los chinos son súper saludables.
Vaya uno a saber por qué, pero los occidentales llamamos la atención en China. Encima la gente parece que no tuviera vergüenza, se acerca a mirarte, pero no disimuladamente, ¡se para a 5 centímetros de tu cara! Le llamás la atención por alto (imagínense al flaco con 1.96 mts), porque hablás distinto, y obviamente lo que llama más la atención: el mate, esa “cosa rara” con la que salimos copados para todos lados. Se te acercan para hablarte amigablemente - sobre todo los que saben inglés - se presentan, te preguntan qué hacés, de dónde venís, a dónde vas… ¡Son muy curiosos! Pero además, es como si no tuvieran noción del espacio vital del otro; claro, acá son chiquicientos millones, quizás es común pararse a 3 centímetros del otro. Más allá de esto, creemos que no es tan mala su libertad para mirar, para decir, para reírse de vos o de ellos mismos cuando se paran al lado tuyo; parecen bastante naturales, los occidentales somos más medidos.

En general son sucios; los hostels, las calles, los lugares de comida (los baratos, que son los que frecuentamos) dejan un poco que desear en este sentido. Tiran basura a la calle (como nosotros), pero a la vez siempre ves algún barrendero limpiando; aunque vimos a varios que no se esmeraban mucho en sus tareas de limpieza. Hay tachos separados para lo reciclable y lo no reciclable, pero no se respetan mucho (como nos pasa a nosotros también). Nos encontramos con gente revisando los tachos de basura para “rescatar” algo, al igual que allá.

Nos reímos del apretuje de chinos en los metros y en los buses. Pero no saben lo que éramos nosotros dos más Gaby y Andrés adentro de un cajero de medio metro por medio metro, para entender cómo sacar plata; ¿nos estaremos mimetizando? jaja

El transporte oficial es el bi-rodado: bicicletas y motos, de las convencionales y eléctricas. Son muy desprolijos manejando, doblan en cualquier lado, no respetan cebras, ni semáforos, apenas respetan a los inspectores que en lugares estratégicos intentan ordenar la maraña de vehículos y peatones. Pero para nuestra sorpresa, no vimos accidentes; se pasan a tres centímetros, pero no se tocan, son buenos equilibristas jaja. Vimos algunas bicis de modelos nuevos, pero la gran mayoría son viejas y sin cambios.

EL ARTE DEL REGATEO. A esta altura ya tenemos mil anécdotas. Por cualquier cosa te quieren cobrar y todo lo tenés que regatear. Lo típico es que si mirás un producto en un puestito más de 3 segundos, arrancan la historia: “Hello, how much? It is cheap!!! Buy it, ok, your are my friend, I´ll give you a price because you´re my friend. $800… “; de ahí en más el cause de la conversación se puede ir para cualquier lado. No entienden que sólo quieras mirar por mirar o preguntar por curiosidad; si se dieron cuenta de que viste algo, te agarran del brazo, te persiguen, te acosan! Las respuestas nuestras empezaron siendo muy tímidas, pero de a poco fuimos aprendiendo de ellos, ya no tenemos “vergüenza” de nada, nos cagamos de la risa en la cara (exageradamente) por el precio que nos dicen, los puteamos, seguimos de largo como si no existieran o agarramos el producto, le tiramos un billete de 1 yuan (menos de $5 nuestros) y hacemos como que nos vamos, nos putean, nos dicen que estamos locos y no joden más (ésta es la solución más efectiva si te los querés sacar rápido de arriba; y de paso te divertís un rato jeje). Hay precios que los hemos bajado de 200 a 17, de 600 a 50 y los ejemplos son increíbles. La verdad que es todo un arte; por momentos es divertido, pero cuando estás cansado te ponen de mal humor, ¡son irritantes! Encontramos varias cosas baratas, después de la hora y media de regateo.

En general es una ciudad que nos gustó mucho, nos sentimos cómodos y seguros andando en la calle. Vimos mucha variedad: de lo moderno y lo antiguo, de lo ostentoso y lo humilde. Tiene metro para todos lados, es lo más práctico para moverse porque tiene las paradas escritas en inglés, además pasan uno atrás de otro, obviamente todos con gente y en las horas pico ni que hablar!

Cuando nos estábamos yendo de Shangai, íbamos en el metro vanagloriándonos de lo bien que nos manejamos en la ciudad, de que no nos habíamos perdido, de que le habíamos agarrado la mano sin grandes complicaciones. Y la vida decidió darnos una lección de humildad jajaja. Resulta que llegamos a la terminal de trenes y el nuestro ya se había ido! Eran las 10 p.m. y el tren partía 9.58. No lo podíamos creer! Lo peor es que lo perdimos por boludos; porque en realidad podríamos haber salido antes del hostel. Como estuvo todo el día lluvioso, recorrimos algo la ciudad, pero de tarde temprano ya nos volvimos para el hostel. Estuvimos sin hacer nada un buen rato, cocinamos para la cena (que comeríamos en el tren), chequeamos mails, jugamos al pool y salimos justos de tiempo.

Después de mojarnos bastante y encontrar el lugar donde cambiar el boleto de tren (que por suerte nos aceptaron sin multas) nos dispusimos a dormir algo en el hall de la estación, como muchos otros chinitos que estaban por ahí, no sabemos si también habrían perdido su tren. Un policía vino a decirnos que no nos quedáramos ahí y no entendíamos por qué, dado que había varios en la misma que nosotros. Por suerte le hicimos caso, porque lo que nos quería decir es que fuéramos a la sala vip, donde en vez de estar en el piso, teníamos unos sillones cómodos, donde sacamos sobre de dormir y pasamos la noche. Al día siguiente como a las 11 a.m. partimos para Beijing.

Lugares que visitamos en Shangai:
Nanjing Avenue - peatonal con centros comerciales y negocios de todo tipo. Por las mañanas se ve gente haciendo deporte y bailando; por la tarde-noche mucho movimiento comercial y de paseo.
El Bund.- sector financiero, torres altísimas; muchos diseños originales. De noche tiene una luminosidad increíble. Está al costado de un río; la vista es muy disfrutable caminando por la rivera de enfrente que tiene como una costanera.
Templo del Buda de Jade – donde recibimos las primeras explicaciones del budismo y vimos a muchos orientales haciendo ofrendas y rezos a Buda. Justo llegamos en una fiesta especial, era la semana en que se recuerda a los ancestros.
People´s Square - Es una plaza con jardines lindos. Está el Shangai Museum, donde vimos algo de historia y artesanías típicas. También está ahí la estación de metro más importante, donde se hacen transbordos de varias líneas. A las horas pico es un verdadero desafío moverse entre las hordas de personas que van y vienen; si se te cae algo al piso ni intentes agacharte, porque morís aplastado por tres millones de chinos.
People´s Park – Está al costado de people´s sqare. Tiene un sector que es muy visitado, para pasear, para hacer deporte hasta para dormir una siestita!
El barrio histórico – donde vimos las construcciones más tradicionales. Está convertido en un centro comercial, puestitos uno al lado del otro; todo te ofrecen, todo hay que regatearlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario