domingo, 12 de julio de 2009

CIUDAD DE EMPERADORES - HUE

Hue es de las ciudades más antiguas de Vietnam. Era el sitio donde vivían los emperadores, antes de que llegaran los colonizadores franceses. En el lugar había una triple ciudad amurallada; una primera muralla de la ciudad vieja, otra segunda muralla de la ciudad imperial y otra tercera muralla de la ciudad prohibida, donde solo podía estar el círculo del emperador.

A la entrada de la ciudad vieja se encuentra el mástil más alto de Vietnam con la bandera del país. A los costados hay nueve cañones; cuatro representan a las estaciones y los otros representan los cinco elementos esenciales: agua, tierra, fuego, aire y metal.

Ésta ciudad no tenía ni la gloria ni el esplendor de las construcciones chinas. Estaba todo bastante deteriorado, la muralla plagada de heridas de guerra, con varias cicatrices de bombas. Vimos a varios vietnamitas haciendo trabajos de restauración, pero falta mucho para que quede prolijo.

Como en el norte de Vietnam, vimos acá mucho trabajo a mano: aserraderos, zapateros, agricultores, con muy poca tecnología y maquinaria.

Salimos a dar una vuelta en barco por el Río Perfume. El único olor que sentimos era bastante desagradable, pero bueno, quizás en el pasado había buenos aromas. Estuvo interesante porque se ve la ciudad desde otra óptica, se ve la parte de atrás de las construcciones. Pasamos por barrios lujosos y villas pobres. Conocimos también comunidades de personas que viven en botes sobre el agua.

Al día siguiente alquilamos motos y nos fuimos a Vinh Moc a 120 km de Hue; todo un desafío para los novatos motoqueros. Ahí visitamos túneles que fueron utilizados como lugar estratégico y escondite del Vietcong (ejército comunista) y también como refugio para las familias del pueblo de Vinh Moc. Son unos cuantos kilómetros de túneles que están a 12, 15 y 23 metros bajo tierra. Están muy bien preservados. Adentro de los túneles pensábamos en los sentimientos de los vietnamitas durante la guerra; qué paradójico que para ellos ese lugar subterráneo, oscuro y húmedo, fuese la “luz” y la seguridad; mientras que el afuera y la luz del día, eran sinónimos de peligro, oscuridad y muerte.

En seguida de los túneles hay unas playas donde paramos un par de horas antes de volver a Hue. No eran cosa de otro mundo, pero igual disfrutamos. En una caminata quedamos helados cuando nos ofrecieron un niño. Las personas no hablaban inglés, por eso no entendimos bien la jugada, pero nos hacían señas de que nos lleváramos al nene. No sabemos si nos lo querían vender o qué; nos queríamos morir.

A mitad de la vuelta pinchamos una de las motos. Estábamos en plena ruta y otra vez problema con las motos. Por suerte encontramos un mecánico a unos 150 mts, no podíamos creer! Después del arreglo seguimos la marcha y llegamos perfecto a Hue para devolver las motos, comer y dormir, después del día agitadito.

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